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¿Hacia una verdadera revolución rural?

 Por: Equipo Facultad de Economía, Universidad del Rosario

 

100_3403La semana pasada en la London School of Economics and Political Science (LSE) tuvo lugar un evento académico organizado por la sociedad de estudiantes y egresados colombianos (Student Union-Colombian Society) en el que participaron personalidades académicas y públicas expertas en la cuestión rural y de la tierra en Colombia.

Este evento coincide con un interés renovado en los temas rurales por parte de la academia nacional e internacional. Hace un par de semanas, por ejemplo, se instaló la Misión Rural dirigida por José Antonio Ocampo y el Centro Nacional de Memoria Histórica publicó un informe titulado La Política de Reforma Agraria y Tierras en Colombia.  Aplaudimos estos y otros esfuerzos recientes y el interés creciente por la cuestión rural colombiana.

La conferencia de LSE, titulada Colombian POST-conflict challenges. Towards a real rural revolution, abordó el tema rural en el contexto del actual Proceso de Paz, para buscar propuestas para el futuro del campo, principal sector lesionado por el conflicto armado en Colombia.  En ella participaron el Embajador de Colombia en el Reino Unido, Néstor Osorio; Sergio Jaramillo, Comisionado Nacional para la Paz; Absalón Machado, experto en temas rurales; James Putzel profesor de LSE experto en temas de conflicto y Paula Jaramillo, directora de la Unidad de Atención y Reparación de Víctimas.

Todos los ponentes coincidieron en la  necesidad  de abordar el tema rural como uno de los puntos principales de la agenda de la actual negociación de paz, señalando la importancia de no desvincularlo  de lo urbano,  ni de las dinámicas económicas. Se discutieron además los enormes retos que afronta nuestro campo y los caminos necesarios para construir un vínculo estrecho entre desarrollo económico agregado e integración urbano-rural, sin desconocer la realidad y la dinámica propia de la economía rural y las necesidades de su población.

Sin embargo, la discusión se quedó corta frente al ambicioso título de la conferencia. Los asistentes nos quedamos esperando eso de la revolución rural real. En cambio, las conclusiones enfatizaron lugares comunes como la enorme concentración de la tierra, la pobreza rural y los desgarradores efectos en el conflicto. Se habló además de que no puede existir una política única para la Colombia rural pues es necesario reconocer su diversidad tanto en relaciones sociales como estructuras de producción. Se dijo que no se puede satanizar la inversión externa ni las grandes explotaciones con alto nivel de productividad siempre que estén en el marco de la legislación y promuevan la generación de ingresos y calidad de vida a los habitantes. Se mencionó que el sector rural del post-conflicto debe ir acompañado de un estado fuerte, no sólo en lo militar, sino en la capacidad de hacer sostenible el nuevo horizonte de vida de quienes decidan re-asentarse en el campo.

Fue un debate ameno y enriquecedor, aunque con poco discusión y más bien creciente consenso. Allí quedó clara la necesidad de mirar diferente al campo, a la Colombia rural que aporta enormemente al país,  pero que infortunadamente alimenta el conflicto. Fue una invitación a los muchos estudiantes allí presentes a construir una visión menos urbana de Colombia y a pensar el campo del post-conflicto. Sin embargo, los que atraídos por el título del evento esperábamos escuchar propuestas para la revolución rural real nos quedamos esperándolas.

Para más información acerca del evento haga click aquí

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