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Democracia campesina: la Comisión Mixta Nacional – CMNAC

El campesinado colombiano experimenta una pulsión entre la posibilidad concreta hoy en día de hacer operativas varias de sus reivindicaciones a lo largo de los últimos 20 años y su particular riqueza organizativa, propia de un segmento poblacional terriblemente perseguido por nuestro conflicto armado; así como por el olvido de las políticas públicas posteriores a la constitución de 1991. 

Un ejemplo de esta situación es la Comisión Mixta Nacional para Asuntos Campesinos (CMNAC); la cual, fue una propuesta de las mismas organizaciones campesinas en la Convención Nacional Campesina (2022) y posteriormente fué creada por el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 del gobierno actual, con el objetivo de establecer un espacio de diálogo y concertación entre el gobierno nacional y las organizaciones campesinas del país.

Los objetivos principales de la Comisión Mixta podrían sintetizarse en los siguientes cuatro elementos: i) Consolidar una interlocución eficiente del campesinado con la política pública que le concierne; ii) Promover la materialización del derecho a la igualdad material para la población campesina; iii) La creación de un instrumento de monitoreo y seguimiento a la inversión pública y el presupuesto asignado para la población campesina; y iv) Fortalecer la participación del campesinado en la toma de decisiones que afectan su vida y su futuro.

El ejercicio anterior se ha venido trabajando de manera sistematica entre las diversas plataformas campesinas, y los Ministerios de la Igualdad, Agricultura e Interior. Sin embargo, parece subsistir un debate en torno a como hacer de este logro campesino una muestra real de democracia y participación de la población y las organizaciones campesinas. Con la anterior discusión en mente desde el Instituto de Estudios Interculturales nos dimos a la tarea de pensar un ejercicio de representación basada en una escala intermedia como la departamental. Es decir, si el ejercicio queda solamente concentrado en organizaciones de indole nacional su representación puede no ser lo suficientemente amplia; y sí por otrolado, se hace a nivel municipal seria inmanejable en la practica. Para tal efecto en la primera parte de este texto proponemos un índice de representatividad campesina departamental; mientras que en la segunda parte sugerimos algunos criterios procedimentales que ayudarian a organizar la democracia campesina en sus niveles intermedios y nacionales.

1. Índice de representatividad campesina departamental

Para la construcción del índice de representatividad campesina, proponemos considerar dos variables principales. La primera es el número de campesinos no étnicos hasta el año 2022, cuya fuente es la Encuesta de Calidad de Vida del DANE. Mientras que la segunda variable son las Unidades de Producción Agropecuaria (UPAs) del Censo Nacional Agropecuario (CNA) 2014 que pertenecen a campesinos no étnicos. De manera preliminar, esta información permite evidenciar un patrón de concentración de personas Upas campesinas no étnicas en las regiones Andina y Caribe y en menor proporción Orinoquía y Amazonía, tal como se aprecia en el Mapa 1.


Mapa 1. Población y Upas campesinas no étnicas

Fuente: IEI (2024), a partir de DANE (2022; 2014)

El enfoque en los campesinos no étnicos se justifica porque estos individuos serían los nuevos beneficiarios como sujetos de derechos. Es importante aclarar que las personas de grupos étnicos que también se identifican como campesinos ya están protegidas por los derechos adquiridos por sus respectivos grupos étnicos, así que la representatividad se enfoca en los campesinos restantes.

Con estas consideraciones, se construye el siguiente índice:

Donde

representa el valor porcentual del índice que mide la representatividad a nivel departamental en el país, siendo  el departamento específico calculado. Este índice proporciona una medida cuantitativa de la presencia y participación de los campesinos no étnicos en cada departamento.

Resultados:

El histograma proporciona una clasificación útil de los departamentos, donde un porcentaje más alto indica una mayor cantidad tanto de personas como de Unidades de Producción Agropecuaria (UPAs). Por lo tanto, estos departamentos requerirán un mayor grado de representatividad. El mapa 2, permite destacar la preponderacia de departamentos como Antioquia, Cundinamarca, Boyacá, Santander, Córdoba, Cauca, Nariño, Huila, Tolima y Valle.


Mapa 2. Índice de representatividad campesina

A partir de esta observación, se plantean las siguientes propuestas:

Propuesta 1: Para los 22 departamentos en el primer intervalo del histograma, proponemos delegar un solo representante por cada departamento. Para los 8 departamentos en los intervalos intermedios, se propone la delegación de 2 representantes. Finalmente, para los 2 departamentos restantes, se propone la delegación de 3 representantes. Esto daría un total de 44 representantes en la mesa nacional.

Propuesta 2: Como alternativa, se podría considerar un aumento de 10 representaciones adicionales que esten dirigidas a las organizaciones campesinas de orden nacional

(proponemos tener como criterio que estas organizaciones cuenten con un minimo de presencia organizativa en 8 departamentos y con una existencia de minimo 5 años).

Las propuestas anteriores buscan garantizar una representación equitativa de todos los departamentos en la mesa nacional, teniendo en cuenta la cantidad de personas y UPAs en cada uno.

Adicionalmente, se adjuntan las siguientes cartografías empleadas en el marco de la Comisión de la Verdad, en las cuales se puede evidenciar índices municipales de campesinos (ver mapa 3) y su confluencia con territorialidades campesinas (ver mapa 4), así como con municipios con alto índice de presencia de población étnica. Estos mapas posibilitan una aproximación municipal, aunque su elaboración es anterior a los resultados de la encuesta de calidad de vida.


Mapa 3. Índice municipal de campesinos


Mapa 4. Índice municipal de campesinos y territorialidades campesinas


Mapa 5. Índice municipal de campesinos y territorialidades campesinas

2. Los prodecimientos operativos a la democracia regional campesina

Teniendo en cuenta las propuestas anteriores, los Departamentos serían la escala de esta propuesta de representatividad campesina. Ahora, vendría el problema de ¿cómo organizar la participación en esta escala subnacional?

A este respecto proponemos:

  1. Que se convoque desde las Secretarias Departamentales a la inscripción de las diversas Asociaaciones, y procesos organizativos tanto municipales como regionales para conformar un registro de asociaciones campesinas.
  2. Que con base en esta convocatoria se llame a una reunión donde las organizaciones inscritas podran elegir a traves del voto dorecto a sus representantes departamentales de acuerdo con los cupos que arroja el analisis del Índice de representatividad campesina departamental
  3.  Creemos que la representación e inscripción de las organizaciones nacionales, referida en la propuesta 2 (adicional al indice departamental), deberia realizarse en el Ministerio del Interior en la Oficina de Asuntos Campesinos y que sean ellos los que avalen la existencia y minimos de representación de las organizaciones campesinas nacionales.
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  1. Francisco Duque Reply

    Algunos comentarios para debatir:
    1. Creo que valdría la pena hacer (si no lo hicieron) una serie de “depuraciones” de la contabilidad de las UPAs. Por un lado, considerar solo las UPA de personas naturales, pues es en ellas es que trabaja la mayoría de la población campesina. Además, en la UPA de persona jurídica se encuentran los resguardos y territorios colectivos étnicos, y por lo tanto se aporta a distinguir a individuos con derechos ya protegidos de los campesinos como nuevos beneficiarios de protección de derechos. Por otro lado, considerar también las UPA que son trabajadas por pequeños productores, de modo tal que sea posible determinar con menor incertidumbre la población campesina en mayores condiciones de vulnerabilidad, a causa de (entre otros muchos factores) el déficit de representación en instancias de decisión de política pública. Esta distinción se puede hacer combinando los datos de las UPA departamentales con la UAF. En la ADR hicimos un ejercicio así para determinar la población objetivo de uno de los proyectos de inversión. Este par de ejercicios quizá ayude a mermar el peso que su índice le otorga a los departamentos de la región andina central y lo distribuya en poco más hacia los departamentos de la región caribe o pacífica. Es una hipótesis.

    2. Como lo sugiero en el comentario anterior, el índice que construyen termina poniendo un peso de representación alto en la región andina central, lo que puede implicar al menos dos defectos: uno, la sobre representación, pues es uy probable que las organizaciones campesinas del nivel nacional también incorporen una representación alta de esos departamentos. Y dos, implica, en principio, una sobre representación de segmentos campesinos que, en términos relativos obviamente, están en condiciones menos vulnerables que las poblaciones campesinas de otras regiones. Al tiempo, puede también implicar, una sobre representación de líneas productivas ya bien agenciadas (en términos relativos, nuevamente) como el café o el arroz.

    3. Como hipótesis, dado que el conteo parte de la auto identificación como campesino, el ejercicio podría castigar población en territorios en los que es más “problemático” reconocerse como campesino, tanto por razones culturales como de estrategia de respuesta ante las encuestas del Estado.

    4. Quizá entonces puede ser buena idea la de invertir un poco el ejercicio con otras variables como nbi rural, por ejemplo, o niveles de asociatividad rural, de modo que se capturen circunstancias o contextos regionales de mayor vulnerabilidad para la población campesina, y por tanto, mayor necesidad o demanda de representación en instancias de política pública. Quizá de este modo departamentos como los de la costa caribe (donde se concentran los núcleos de la reforma agraria, por ejemplo) ganen más preponderancia.

    5. Como mera idea cruda, también se podría pensar en lógicas territoriales (Catatumbo, Pacífico, núcleos amazónicos o de la Orinoquía) que quizá capturan mejor estructuras de vida y producción campesina que la cuestionable lógica departamental.

    6. Con respecto al apartado “Los prodecimientos operativos a la democracia regional campesina”, creo que los mecanismos que proponen reforzarían la sobre representación de organizaciones “tradicionales” del movimiento campesino. La idea de “asociaciones campesinas” limita el ejercicio a lo que se da en llamar organizaciones de representación (ANUC, Fensuagro, etc) y deja por fuera las asociaciones que se crean por motivaciones de producción o comercialización y que hacen también un trabajo de representación o agenciamiento de intereses sectoriales.

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